Frente a materiales tradicionales como la madera, el cartón, o el
vidrio, el EPS cuenta con ventajas particulares, en virtud de sus
propiedades físicas y químicas, entre las que se encuentran:
- Protección con poco peso: Baja densidad aparente, con la
consiguiente disminución del peso de embalaje, lo que permite
transportar más producto con menos combustible.
- Protección de alto nivel: Máxima absorción de energía en caso
de caída e impacto para protección de productos sensibles. Reduce
considerablemente el índice de roturas durante el transporte y
almacenamiento.
- Aislamiento térmico: El EPS mantiene el producto en unas
condiciones óptimas de temperatura para llegar a su destino en perfectas
condiciones de consumo.
- Mantiene las propiedades mecánicas: a diferencia de otros
materiales, como el cartón, el EPS no absorbe humedad, manteniendo
inalterables sus excelentes propiedades mecánicas.
- Versatilidad de formatos: El EPS es fácil de conformar, adaptándose de forma sencilla a cualquier tipo de diseño.
- Higiene y seguridad: El EPS no tiene valor nutritivo que
contribuya a la proliferación de hongos y bacterias, ni libera
sustancias tóxicas que puedan dañar los alimentos. Por ello es idóneo
para el envasado de alimentos y cumple las Normas de Higiene y Seguridad
establecidas internacionalmente.
- Respeto por el Medioambiente: El EPS es 100% reciclable, por
lo que se recupera para una segunda vida, conservando así los recursos y
reduciendo los desperdicios.